martes, 26 de noviembre de 2013

Prepara el Camino del Señor

Lucas 1:68-79 (Dios Habla Hoy) (Nueva Traducción Viviente) (Traducción en Lenguaje Actual)

¡Ya viene la Navidad!
La temporada de adviento es el tiempo que nosotros los cristianos destinamos para Preparar el Camino del Señor. Esto implica pensar con anticipación en la Navidad y prepararnos para recibir a Cristo nuevamente en nuestras vidas nuevamente como cada año, el día que Él nació.
Pero algo ha sucedido en los pasados 2000 años de vida Cristiana. Celebramos una especie de fiesta de cumpleaños que preparamos meticulosamente con abundante comida, finos y caros vinos, toda clase de pasteles y postres, muchos regalos. Invitamos a la fiesta a nuestros parientes, amigos y vecinos. Pero algunas veces, o la mayoría de ellas, olvidamos invitar al festejado, a ese tal Jesús.
Preparar el Camino del Señor es más que decorar nuestros hogares con miles de brillantes luces de colores.
Preparar el Camino del Señor es más que comprar cientos de regalos para mostrarle a la gente lo mucho que la amamos.
Preparar el Camino del Señor es más que encender una vela de la corona de adviento cada Domingo.
Preparar el Camino del Señor es más importante que exigir decir Feliz Navidad en lugar de Felices Fiestas.
Preparar el Camino del Señor consiste en repensar y examinar nuestro vivir Cristiano… Esto no necesariamente significa que tengas que ir obligatoriamente a la iglesia cada Domingo, o leer la Biblia por costumbre todos los días, u orar inmediatamente después de despertar o justo al irte a dormir, o comprar en esa lujosa librería Cristiana esa carísima playera de moda que dice: “Orgulloso de Ser Cristiano”, o dar dinero para apoyar a “No sé quien” en “No sé dónde”.
Preparar el Camino del Señor significa limpiar nuestros corazones y cada uno de los caminos a nosotros mismos. Abrir todas nuestras puertas personales, ya sean espirituales, emocionales, sociales, culturales, académicas, mentales, físicas, para recibirlo y darle la bienvenida a él. Permitir que Jesús entre triunfalmente a nuestras vidas una vez más.
Prepara el Camino del Señor con perdón (con esto me refiero al perdón verdadero). Pienso que el secreto de esto está en la raíz de las palabras inglesas “forgiven” (perdonar) y “forget” (olvidar). ¡Creo que es la misma! – porque únicamente puedes perdonar verdaderamente cuando logras recordar sin dolor. Esto no significa ignorar la ofensa o la falta. A primera vista esto te parecerá algo poco cristiano más sin embargo creo que tiene mucho de ello. Cuando niegas la ofensa o la falta que se ha cometido contra ti siempre serás una víctima de quien te ofende o te lastima. Recuerda quién te ofendió o te lastimó y no permitas que lo vuelva a hacer. No se trata de buscar venganza ni de levantar la espada de la justicia y castigarle. Se trata de llegar al grado elevadamente cristiano de decir: “me fallaste, me lastimaste, me hiciste llorar, pero yo no soy una víctima sino una persona victoriosa bajo la Gracia y por ello, aunque nunca pudiera olvidar lo que me hiciste, yo no te rechazo ni te condeno por eso que me hiciste, pues tengo el poder de Dios a través de su hijo Jesucristo para poderte perdonar hasta setenta veces siete.” De eso se trata recordar sin dolor.
Prepara el Camino del Señor amando a todos y cada uno, incluso a los que no te caen bien, o los que te traicionaron, o quienes lucen haberte decepcionado.
Prepara el Camino del Señor con poderosa Fe. La fe nos ayuda a mantenernos de pie, sin importar las circunstancia y no importa quién (o creamos qué) nos ataque. Cada ves que resistimos y nos mantenemos firmes cuando recibamos un golpe, o dos, o tres, nos demostramos a nosotros mismos que efectivamente podemos ser más fuertes que cualquier cosa y cualquier persona en esta vida. Con ello nos damos cuenta de primera mano que Dios está con nosotros y que por ello podemos vencer cualquier adversidad, mover toda montaña, caminar sobre cualquier agua.
Prepara el Camino del Señor con feliz Esperanza. Esperanza de que aún en nuestra más oscura noche, Dios continúa con nosotros, en control de todo y que pronto, como el sol sale y nos abraza y nos calienta con su luz y su calor, Jesús hará lo mismo con nuestros corazones y almas también.
Esperanza de poder ser todo lo que Dios quiere que seamos: ser tan grandes como podamos soñar… ser bendecidos y ser una bendición para aquellos a nuestro alrededor… ser uno con Dios, como nunca lo imaginamos.
Prepara el Camino del Señor con Paz. Para de pelear. Deja de pelear contra ti mismo. Cuando piensas que alguien en el mundo está contra ti, y consumes todo tu tiempo peleando… estas desperdiciando tu vida y tu tiempo y viviendo en un infierno personal.
Esta guerra está dentro de ti. Pero si inviertes tan solo el 10% de esta misma energía, conservando la calma, puedes convertir cualquiera que sea tu pelea, tu problema, en paz. La paz no es la ausencia del conflicto, es mantener la calma en medio del conflicto. Recuerda frecuentemente el Salmo 46:10 y tu mundo cambiara de infierno a paraíso: “Dejen de pelear, deténganse, quietos, cálmense y reconozcan que yo soy Dios”. Convierte el lugar donde estás, cada suelo que pises, en un cielo, para ti y todos lo que te rodean.
Dios ha prometido que si “Si Dios está contigo, nadie podrá estar contra ti”.
Y finalmente, Prepara el Camino del Señor con Alegría – la alegría de vivir y disfrutarte a ti mismo… disfrutar quien tú eres. Después de todo, tú eres una creación de Dios. Dios te hizo “completamente en serio”, pero Dios no te hizo para que fueras “completamente serio”.
Tú eres una creación original de Dios y no tienes precio. Tú eres el templo de Dios y, aunque a veces no lo creas, Dios siempre está en ti. Descubre a Dios dentro de ti. Pero también descubre a Dios en todos los demás, incluso en aquellos a los que despreciamos por sus pecados… descubre también la gran creatividad de Dios en ellos.
Y entonces ven a la iglesia y comparte tu Dios y compártete a ti mismo con otros, especialmente con aquellos que no han descubierto aun la Alegría de la Gracia de Dios. Esa alegría que cuando se busca se encuentra dentro de ellos mismo y dentro de otros, y que es la más grande de todas las alegrías.
Preparar el Camino del Señor es vivir en acción Cristiana – no para beneficio de Dios, sino para ayuda de la gente de Dios – no de vez en cuando, sino todos y cada uno de los días – en cualquier lugar y con cualquier persona, y sin importar quién sea él o ella.
Esto es lo más importante que podemos hacer para Dios y esto es lo que Dios quiere y espera de nosotros – esto es mucho mejor que una simple oración antes de la cena de Navidad.
Cuando has limpiado estos senderos (cuando Preparas el Camino del Señor) a tu corazón con estas acciones, Jesús (el Festejado) estará contigo y tú recibirás y podrás dar incontables bendiciones… no solo durante la temporada Navideña o en el día de Navidad, sino por siempre y para siempre, siempre.

—El Evangelio de la Alegría de Marco Rubio 乂◠‿◠乂